El libro narra la historia de un momento coyuntural del Sur de Lima cuando, debido a la construcción del ferrocarril Lima-Lurín (1912), se inician dos actividades económicas en las Lomas de Atocongo: la agricultura y la minería.
La primera es impulsada por la Sociedad Unión de Colonizadores de la Tablada de Lurín y la Estación Meteorológica de Atocongo; y la segunda es conducida por la Compañía Peruana de Cementos Portland (luego Cementos Lima, hoy Unacem).
El libro pretende examinar y discutir la manera cómo se desarrollan estas dos actividades económicas en un momento de cambio, sus consecuencias sociales y medioambientales, así como el papel que jugaron en dicho contexto el Estado, los grupos de poder y el pueblo.
Esto lleva a la vieja discusión de si la agricultura y la minería pueden convivir armónicamente, si es posible que dos actividades de naturaleza opuesta puedan llegar a un equilibrio justo, si en el pasado este tipo de contradicciones tuvieron alguna posibilidad o signo de solución.
Un tema que en la actualidad resulta fundamental para la construcción de un Estado nación.